Lo que nadie te cuenta acerca de volver de un gran viaje
- Dhyan

- 13 oct
- 3 Min. de lectura
Dos meses, los que se cumplen hoy desde que llegué a España. Tiempo suficiente para poder hacer un balance de lo que supone volver después de un viaje largo como el que me llevó durante nueve meses a explorar India, Sri Lanka y Bali en Indonesia.

A pesar de las enormes ganas que tenía de volver, confieso que la vuelta no me ha resultado fácil.
Empezaré por los síntomas físicos porque el primero que sintió el cambio fue mi cuerpo. Me llamó muchísimo la atención cuando me desperté al día siguiente de llegar (y los sucesivos) que mi cuerpo estaba sumamente rígido. lo que me llevó a tener que aflojarlo y estirarlo a diario con la práctica de asana. También me llamó la atención que los alimentos de aquí me resultaron al principio muy pesados de digerir, a pesar que seguir con la misma dieta ovo lácteo vegetariana.
Más difícil de explicar es la sensación de “densidad energética" que percibí, lo cual no es la primera vez que siento al llegar a la ciudad de Madrid. La energía a mi alrededor se sentía muy pesada, como vibrando en una frecuencia que contrae, que densifica, muy diferente a otros lugares, cuya sensación simplemente estando allí, es de ligereza o expansión.
Esto fue al principio, ya que con el paso de los días fui comprendiendo las incómodas verdades de lo que la realidad de la vuelta a casa me estaban suponiendo, aunque que intuyo le debe pasar a muchos viajeros:
Tener que asumir, cuando por fin llegas a la que se supone es tu ciudad, de que éste ya no es tu lugar. Por lo tanto, la esperada sensación de “volver a casa" no termina de ocurrir.
Vivir en tus carnes la paradoja de saberse ciudadana del mundo, pero persona de ninguna parte.
Entender que cuanto más profunda ha sido la transformación, más inadaptado te sientes y raro ves el mundo que antes era normal para ti. La mirada ya no es la misma y mucho del “yo" de antes del viaje ha desaparecido. Simplemente se ha esfumado o transformado. A efectos prácticos y cotidianos esto implica que ya no quieres hacer las mismas cosas o incluso estar en compañía de ciertas personas. Te dejan de interesar conversaciones, situaciones y planes que antes sí lo hacían. Muchas veces tu antiguo mundo se siente como obsoleto para esta nueva versión de ti.

Vivir la extraña sensación de ser, de alguna manera, una persona nueva viviendo en un mundo antiguo, llevándote a experimentar lo que llamo "duelo del antiguo yo". Hay otro duelo, espero que provisional, ya que se echa mucho de menos a esa otra “yo viajera”, que también ha desaparecido.
Volver es aceptar también que parte de lo que habías construido laboralmente ya no está: cuando antes llenabas una sala en una sesión o taller, ahora está a la mitad; conservas alumnos, pero otros se han ido; mostrando que el camino de la transformación y el avanzar implica cambios y pérdidas. Es una ley natural.
Todo lo que no ha resultado fácil estos meses, así como ser capaz de ver todo lo antiguo con una mirada distinta, no sólo trae estos momentos de incomodidad y retadores si no también lo que yo considero que son los regalos o las oportunidades que la situación brinda.
Como ver con distancia los patrones emocionales y aquellos “puntos muertos” de nuestra personalidad que con la mirada anterior no éramos capaces de ver y por tanto, de darles luz, entenderlos y trascenderlos.
También el entendimiento de otra gran verdad: que continuamente estamos en transición, en evolución en cambio aunque a veces parezca que todo es estático y estable.
Que lo único que no cambia es que todo está en constante cambio.
Comprender que este cambio profundo trae grandes oportunidades y el reto de explorar, buscar y manifestar lo que realmente se ajusta y alinea con lo que deseamos desde un yo más evolucionado. En mi caso particular encontrar ese lugar donde sentirme en casa, teniendo claro cuales son las características que tiene que tener ese espacio. Y uno de los motivos por los cuales hoy estoy aquí (además de ver y estar con mis seres queridos) que es compartir mucho de lo aprendido en oriente a occidente, ofrecer las herramientas y la sabiduría que me ha sido trasmitida a quien la quiera escuchar y experimentar.
Integrar en el día a día que cuando todo está en movimiento y en transición, lo que nos ancla son nuestros deseos más elevados, fundamentados en la confianza, la aceptación, el propósito y el servicio.
✨ Y que aquello que hace brillar tu mirada, es la luz de la estrella que guía tu camino.
Y ahora que estoy ya aquí, conoce todo lo que tengo para ti
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