Hace un año viajé sola a Egipto buscando visitar los lugares sagrados y energéticos de la Tierra. Entre templos, desiertos y el Nilo, viví encuentros y experiencias que despertaron memorias antiguas y activaron en mí una profunda conexión con lo sagrado y el femenino. Egipto me recordó que hay lugares que no solo se visitan, sino que se sienten con el alma.