Me he dado cuenta que llevo un mes sin postear en Instagram.
Un mes en el que he sentido la necesidad de cambiar de rutinas, de bajar el ritmo de trabajo y de desconectarme un poco de las redes sociales.
Las RRSS, si bien pueden ser útiles y entretenidas y sin duda una herramienta magnífica para comunicar, se alimentan (a mi juicio demasiado) de nuestra atención y de nuestro tiempo. Y cuando quieres darte cuenta, ya has caído en sus redes, nunca mejor dicho, dejando en ellas lo más preciado que tenemos (ese tiempo y esa energía).
En estos tiempos he reflexionado mucho acerca de cómo las redes instalan cada vez más en nuestras mentes aquello de “la valía en base a la aceptación (=likes) de los demás”. Y creo que aquí radica uno de los grandes riesgos de estas plataformas. Y hay que estar muy en tu centro para no dejarse implantar ese “chip”.
El dejar de buscar aceptación a través de las redes me ha supuesto un gran aprendizaje. Primero, descubriendo la sombra en la que estaba esa búsqueda de aceptación, después entendiendo de dónde viene y por último la liberación de esa necesidad.
También soy de la opinión de que aún no sabemos los impactos emocionales que tienen las redes sociales en nuestra salud y desarrollo personal; y que es probable que en el futuro se tomen como algo con tantos riesgos para la salud (en este caso mental) como el tabaco o el alcohol. Me atrevo a decir que las rrss son para muchos la nueva droga, en el sentido de la evasión en las que éstas se están convirtiendo.
De igual forma, también siento que estoy desaprovechando la magnífica oportunidad de compartir saber, experiencias y herramientas de las que me he ido nutriendo estos últimos años. Tengo ganas y mucho material para compartir y sé que es una tarea pendiente. Considero que, conscientemente, he renunciado a hacerlo por esa sensación que tengo de que son “ladrones de tiempo y energía” y la preferencia de dedicar estos tesoros preferentemente a mis clases, alumnos, el estudio y la práctica personal. Como se vienen cambios en mi vida, seguramente le pueda y quiera dar pronto más espacio a este canal para llegar a personas como tu.
Las redes sociales por tanto no son ni buenas ni malas per sé. Tienen sus riesgos y son, sin duda, algo sobre lo que dar atención. Por eso, si quieres hacer un uso consciente de las RRSS, te invito a seguir estas sencillas pautas:
1- Para evitar el “robo” de tiempo y energía, aprende a ponerte límites con el tiempo que pasas conectad@ en función del uso que les des (personal, profesional…) Por ejemplo tratando de no conectarte de 22pm a 10am. Eso es lo que yo he implementado y no sabes la maravilla que es dedicar las primeras horas de la mañana a otras cosas.
2- Cuestiona las cuentas a las que sigues, por qué las sigues y qué te hacen sentir y qué buscas en ellas. Si en este análisis decides dejar de seguirme en mi cuenta de Instagram o Facebook , me sentiré feliz porque hayas tomado una decisión consciente.
3- Observa cómo te sientes cuando publicas y no obtienes el número de likes deseado. Y qué te mueve a publicar una u otro contenido.
Es de esta manera en la que podremos gestionar las redes sin caer en ellas.
Soy Diana Tallo, profesora de yoga, viajera y escritora. Puedes saber más de mí aquí.
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